Elementos de la presentación teatral

Una representación consta sólo de dos elementos esenciales: actores y público. La representación puede ser mímica o utilizar el lenguaje verbal. Los personajes no tienen por qué ser seres humanos; los títeres o el guiñol han sido muy apreciados a lo largo de la historia, así como otros recursos escénicos. Se puede realzar una representación por medio del vestuario, el maquillaje, los decorados, los accesorios, la iluminación, la música y los efectos especiales. Estos elementos se usan para ayudar a crear una ilusión de lugares, tiempos, personajes diferentes, o para enfatizar una cualidad especial de la representación y diferenciarla de la experiencia cotidiana.
IMPORTANCIA DEL ESPACIO ESCÉNICO
Los espectáculos desde los inicios de la humanidad han requerido de espacios apropiados al tipo de representaciones a realizar, lo cual ha creado la necesidad de habilitar espacios ya existentes o diseñar unos nuevos con los requerimientos técnicos que faciliten el desarrollo de la puesta en escena.
Es así, como el espacio escénico se convierte en el espacio determinante en el éxito de un espectáculo, integrando elementos como: escenario, recursos escenotécnicos, auditorio y escenografía. Según María Bobes, existen cuatro tipos de espacios escénicos, que estarían vinculados u originados por la obra, los actores, el escenario, los objetos del escenario. Se clasificarían en los siguientes:
· Espacios Dramáticos: lugar que crea el drama para situar a los personajes.
· Espacios Lúdicos: lugares creados por los actores, con sus distancias y movimientos.
· Espacios Escenográficos: que reproducen en el escenario mediante la decoración, los espacios dramáticos.
· Espacios Escénicos: lugar físico donde se representan los otros espacios.
Mientras que para Patricia Pavis, el espacio teatral se divide en visible e invisible. Destacando en el espacio visible: el espacio escénico, donde se desarrollan las acciones de los personajes; el espacio escenográfico, integrado por el escénico y el de los espectadores; y el lúdico o gestual, generado por los movimientos del actor. Por otro lado, el espacio invisible es el espacio dramático, el cual incide en el espacio escenográfico.

Sin embargo, como bien lo expresa Francisco Javier en la Crítica Teatral y el Universo Escénico, el espacio escénico y la escenografía constituyen esencialmente las coordenadas espacio-temporales del espectáculo. En la gran mayoría de los casos, esas coordenadas quedan establecidas desde el comienzo del espectáculo y ya no varias. Pero las coordenadas no siempre son fijas. El espacio y la escenografía crean un ámbito en perpetua metamorfosis. No se trata de cinetismo escénico, tal como en general lo entendemos: un espacio contenedor invariable y una escenografía que cambia de forma o de estructura ante la vista del espectador. Por el contrario, se trata de crear un –espacio y una escenografía que- de manera dinámica- vayan proponiendo diferentes coordenadas espaciotemporales. Y esa propuesta es tan regular y sigilosa que, en general, el espectador no llega a darse cuenta de cómo las coordenadas se han ido reemplazando unas a otras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario