En el Acto
Tercero se hace presente la constante sed de sangre de
Macbeth, el nuevo rey, quien pensando en los vaticinios de las viejas comprende
que debe exterminar a la familia de Banquo pues sus hijos deberían ser los
posteriores soberanos. Así, durante la cena de coronación que ofrece en la
fortaleza decide contratar a dos asesinos que deberían aniquilar a Banquo y a
Fleancio, su hijo, quienes habían salido a cazar por el bosque. Los homicidas
consiguen matar a Banquo, pero no a su hijo quien huye habiendo prometido a su
padre la venganza. Entretanto en el banquete real, Macbeth ve sentarse en su
trono a la sombra de Banquo quien le quita la corona. Entonce Macbeth empieza a
gritar y se asusta por lo que Lady Macbeth debe responder ante los invitados
diciendo que son delirios que tiene ocasionalmente. Es ahora cuando Lennox, un
señor escocés empieza a atar cabos llegando a la conclusión de que ¡MACBETH ES
EL ASESINO! Esta noche, en el castillo, Macbeth tiene un enorme sentimiento de
culpa y arrepentimiento.
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